ECOS DE TRISTEZA
En el oscuro abismo de mi alma, yace un corazón herido,
Como un ave sin alas, en un cielo sin sentido.
Mis lágrimas son ríos que desbordan mi ser,
Y mi dolor es un océano que no deja de crecer.
Soy un árbol marchito, sin hojas ni color,
Mis raíces desgarradas, buscando en vano su valor.
El viento susurra melancolía en mis ramas desnudas,
Mientras mi tristeza se arraiga en mis venas mudas.
Mis sueños son espinas que se clavan en mi pecho,
Y mi esperanza, una vela que se apaga en el lecho.
Soy un barco naufragado en un mar de desolación,
Sin rumbo, sin destino, sin encontrar salvación.
Mis lágrimas son versos que se desangran en el papel,
Cada palabra, un eco de mi dolor que no puedo contener.
Soy un poeta maldito, con el corazón hecho añicos,
Mis letras son un grito silencioso en busca de alivio.
En el laberinto de mi tristeza, me pierdo sin encontrar salida,
Mis suspiros se desvanecen en la oscuridad, sin dejar huella perdida.
Soy un susurro olvidado en el viento, una sombra sin luz,
Mi existencia es un eco vacío, un suspiro en la cruz.
© Corazón Bardo