Dejé de pensar qué, todas las personas son malas, algunas no lo son, algunas están rodeadas de bondad y nos llenan de alegría, nos inyectan ganas de luchar y de vivir.
Dejé de pensar qué, todos los caminos son estrechos, hay algunos muy amplios, tal vez,
no cabemos todos, pero debemos tratar, intentar caminar juntos y quizás ...
logremos distinguir que en esos caminos
hay una gran variedad de matices y es posible que dejemos de matarnos por tierra, por diferencias de cualquier índole, por razas, creencias y tantos absurdos.
Dejé de pensar qué hay quienes en nombre del hombre agreden, asesinan y matan, mas bien soñé con ese mandato de amor que alguna vez
nos dejó un hombre que hablo de unión en nombre de ese amor desinteresado y profundo
Capaz de curar esas heridas que durante siglos
nos hemos causado por tanto: odio, apatía, negligencia, indiferencia, mezquindad, egoísmo, rencor, resentimiento...
Empecé entonces a pensar, que debemos ya parar éste desgarrante cataclismo y empezar a pensar en amarnos, a mirarnos con ese amor, que ese maravilloso hombre al que llaman: Jesús, nos habló antes y después de la cruz.
xiomiry
X.B.H.N.