Siento una distancia irremediable hacia vos.
Bicho de ciudad,
sos el hastío inalcanzable.
Te miro y no llega la primavera.
Vivo un invierno inhóspito.
Las flores se marchitan,
me cuesta respirar,
los dedos se entumecen
y ni siquiera te tengo a mi lado.
Tu oración,
que llega como un eco,
se pierde en la nevada.
Ojalá tocar tu horizonte cálido,
pero tengo la desgracia de nunca encontrarte.
Imaginé que me abrazabas cual mariposa en su arrullo,
como el agua que fluye después de la helada.
Todavía espero mi mediodía
y que mi anhelo no sea más que un canto desesperado.