Sami Sanz

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En la tierra como en el cielo 

 

Sentí su brisa acercarse a mis orillas y pude escuchar los latidos de la curiosidad en la orfandad de mi sentir. Ausente de melodías y lunas plateadas, era como despertar a un nuevo amanecer, donde las llamas encendidas de la esperanza crepitaban en mis deseos, hoguera de mis sueños.

Las miradas se convirtieron en emociones y las palabras, en canciones. Cuando sus ojos y los míos se fundieron, una sola caricia se hizo presente y de ella, aromas de rosas tempranas y trigo recién cortado, con el que llenamos el granero de semillas para un futuro dorado.

Cuando pude tocar su mano, ¡Ay, mi Dios todopoderoso!, cuando toqué su mano y cuando la suya rozó mi corazón con la ternura de un amor inmenso. Al instante, en esos momentos en los que nuestros ojos se reconocieron y nuestras manos se juntaron, sentí la bella dimensión que nos oculta el cielo.

Es por todo ello, por tanto, como me hiciste sentir y descubrir, que hoy con todo mi amor te canto:

~•~

El cielo nos espera aquí en la tierra,

con flores encarnadas en su velo,

sorpresas de un idílico fulgor,

que forman para siempre un bello lienzo.

Tu esencia, amado mío, es la gloria,

contigo todo es luz, se para el tiempo

y siento mariposas en el vientre

 al ver que te aproximas a mi encuentro.

El cuadro va subiendo de color

si exhausta en tus faroles yo me veo,

se enciende el candil del frenesí

con solo un pensamiento en mi cerebro,

que te amo como nunca a nadie amé,

con tanta intensidad de un sol eterno

y logras que mi vida se transforme

en canto celestial cuando te tengo.

Te acercas y me quedo perturbada

y haces tambalear todo mi cuerpo,

queriendo abrevar en tu licor,

saciándome en tu mágico embeleso;

sintiendo el roce tibio de tu mano,

se queda mi pasión al descubierto,

te beso y te abrazo fuertemente

y vuelvo a susurrarte que te quiero.

Mi amor, amor, fragancia y melodía,

es tuyo mi delirio y sentimiento,

mi mar de tempestad y de aguas calmas

provocas que te ame así de intenso,

con tanto, tanto amor, con toda el alma,

tal cual como lo expreso en estos versos,

con un sentir sincero y trascendente,

sublime, celestial, profundo y bello.

El cielo nos espera aquí en la tierra

radiante, majestuoso y pintoresco,

oasis de ternura y de pasión

por este inmenso amor que nos tenemos,

sorpresas de un idílico sabor

de un sentir que nunca se hace añejo;

el cielo nos espera aquí en la tierra,

etéreo y fascinante… como un sueño.

~•~

Las orillas colgaron la tristeza en las nubes pasajeras y se llenaron de vida, donde lirios azules, jazmines y azucenas perfumaron la ribera. La curiosidad se convirtió en deseos, las ausencias, en presencia y las quimeras, en una realidad que superaba la fantasía.

Era como estar en otra dimensión, con su manto infinito de luceros y estrellas. Lo soñado, lo amado, lo deseado, en él, lo encontré. Ahora el tiempo me sonríe a su lado, me canta en presente, en un oasis pletórico de dicha que nos regala la vida.

En la tierra como en el cielo. Mi amor…, mi cielo.

 

21/05/24