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Aquel día apenas escrito.

Aquel día apenas escrito 

Todavía estamos bajo un  rayo de luz.  
Cuando esté se irá nos regalará un par de alas, y podremos volar por el túnel nocturno, haciendo un  arcoíris que ilumine la oscuridad y nos dé calor y dulce abrigo.
Entonces y solo entonces, tejeremos trenzas al río y en su espuma veremos la gracia divina de dioses lejanos bebiendo al alba los sueños del hombre.   

Veremos la brisa bailar con los árboles y un  azul vuelo de pájaros sonreír.  

Veremos los reflejos de una lágrima que quiso  ser estrella, ser viento y montaña y la tierra regar.

p Sabag