D. Méndez

Dime que me amas

Dime que me amas, aunque sea mentira,
aunque tu voz sea un eco efímero en la penumbra.
Esta noche soy un mar de fragilidad,
esperando naufragar en tus palabras fugaces.

Dime que soy suficiente, que mi piel
no es solo un refugio temporal para tu deseo.
Déjame sentirme viva bajo tus manos,
aunque mañana solo quede un vacío más.

En este bar, bajo luces gastadas,
mi reflejo pide ser algo más que olvido.
Sé el consuelo que me quema y me salva.