Hernán Mejía Silva

FUERZA GRAVITACIONAL

Nunca le dejarás ir,

aunque sus olas nos devasten 

con su furia ciega,

y ahogue nuestro tiempo,

aunque su frío nos arrastre

y se acabe el invierno,

nunca le dejarás ir.

 

Nunca le dejarás ir,

pese a la ternura pasada,

marcando el contraste

entre los momentos 

y la magia del instante,

del sueño ahora tan ausente;

nunca le dejarás ir.

 

La quietud es frágil 

con su efluvio y su fluir,

te vi que añoraste

antes de partir,

siendo un fragmento 

del romance y del cielo,

en recuerdo grácil.

 

Nunca le dejarás ir,

porque es la luna prisionera, 

el sol quimérico se engaña,

falso el fuego, falsa la esfera,

en su inercia por seguir,

aunque se acabe la noche

y llegue la mañana,

siendo todo, hablando de nada;

nunca le dejarás ir.