Romey

Confidencias ante la vela

Una hoja es el desierto

que mana vida desde una sima

donde el yanto se pulveriza

como cenizas del incendio del alma

Un viento de expresión acaricia

la superficie del océano adentro,

mas profundo, donde la noche es blanca

como esa hoja que corta toda mi congoja

El alto horizonte esconde ciudades

bajo su velo de hechos aparentemente casuales

la razón en la locura impersonal,

este carisma que brota como luz de la sima infinita

Oquedad ventral, útero de sombras

expuesto a los devenires de las olas,

soledad de ser todas eyas reflejos

de aqueya yama, de aqueya estela,

de aqueya senda sembrada de piedras,

arquitectura de arena, eco de las estreyas

que hayé en la Luna de la pena

cuando la conciencia universal multiplicada en gotas

contemplaba el caos desde tras la balaustrada,

desde el ojo de la nada, sobre moles de amarga sustancia,

yenando de latidos el vacío matinal

Madre de seres que se aunan al despertar

rastreando amor entre las raíces de los monumentos

Voy volando en ese cauce que emerge espontáneamente

para paliar destrucciones que me son ajenas

y custodio los hijos del silencio en un cuarto inaccesible

Secreto hermético misterio pleno en la hoja mojada

del amor que creo inmortal ante finales inconclusos

Soy como las yuvias de estaciones turbias,

estas que obligan a algunos a guarecerse en sus rincones opacos

Sacro vestigio dejado por manos tenues,

sedimento que intento reunir en poesía solamente