Si dejaras de reír un momento,
todo el silencio sería un abismo,
donde el misterio de tu sonrisa
sería un eco que habita en mí mismo.
Si tus labios callaran su danza,
el mundo entero perdería el norte,
porque tu risa guía mis pasos,
como un farol que ilumina el porte.
Cada sonido que tú desprendes
teje la trama de algún destino,
y yo, perdido, sigo las notas,
como un viajero tras su camino.
Si dejaras de reír, quizás,
me preguntara dónde te escondes,
y buscaría entre los suspiros
la melodía que tú respondes.
Pero no puedo pedirte eso,
sería robarle luz a la luna,
porque tu risa crea universos,
es como el sol que nunca se esfuma.
En cada curva de tu alegría
hay una brisa que me desarma,
como un refugio donde el que ama
encuentra calma y también su guía.
Si dejaras de reír, temblarían
todas las flores que en ti se inspiran,
y las estrellas perderían brillo,
como luciérnagas que se retiran.
Por eso ríe, que yo me quedo
en la cadencia de tu emoción,
y si tus risas son un poema,
déjame amarlas, esa es mi opción.
Tus carcajadas son como lluvia
que limpia el alma de quien te escucha,
y yo, absorto, quiero quedarme
donde tus risas son siempre lucha.
Si de reír algún día te cansas,
avísame antes, sin pretensiones,
para guardarlas todas conmigo
y convertirlas en mis canciones.