A la Vida, con amor, agradezco el andar,
por los éxitos que vienen con su juego,
y los fracasos, esos que nos hacen llorar,
como si fueran un dulce y amargo fuego.
Por alegrías que brillan como el sol radiante,
y tristezas que pesan, como un yugo pesado,
con cada risa y llanto, un paso constante,
en esta danza loca, a veces, desconcertado.
Las risas en las fiestas, y el eco del dolor,
me han hecho quien soy, en este sendero,
cada abrazo y golpe, son parte del amor,
y a veces me pregunto si el destino es sincero.
Hoy celebro mis penas, como un viejo amigo,
brindando por lo vivido, y el tiempo que vuela,
en este festín raro, yo encuentro mi abrigo,
pues hasta el sufrimiento es la vida que anhela.
Así que, querida Vida, en este adiós sincero,
te dejo mis recuerdos, y un suspiro eterno,
gracias por cada paso, cada amor, cada sendero,
me despido de ti, con un beso tierno.