En su soledad, la charla es su compañera,
un alma que no encaja en el molde familiar,
calles vacías le brindan paz sin igual,
con máscara en mano, enfrenta al mundo brutal.
Poemas tristes susurra, con tinta que la consume,
buscando un escape en un jardín que su mente resume,
sueños tempranos, esperando no despertar,
no te acerques a su destino, no querrás ser como ella, jamás.
Su reflejo en el espejo, una imagen lamentable,
buscando un lugar en el autobús no hay lugar dónde quiera bajarse, sin encontrar su valor,
pérdida de tiempo para aquellos que intentan ayudar,
el silencio se convierte en su escudo, sin nada que explicar.
En la montaña rusa de su vida, sube y baja sin cesar,
una decisión tomada, un grito que no se puede callar,
\"A la mierda\" susurra, mientras las lágrimas la inundan,
dejando atrás la esperanza, un corazón roto, un alma que se derrumba.