¡Que bueno!
encontrarnos de nuevo
en nubes de palabras
suspirando en deseos.
Ser brisa vespertina
relámpago de fuego
esa llanura inmensa
que besa nuestro cielo.
Camino polvoriento
que es nostalgia y silencio
es misterio y es paz
que nos nace de dentro.
¡Que bueno!
Rozarte los cabellos
con estos dedos largos
que me prestan los sueños.
Acariciar tu alma
con la tibia mirada
que calienta el recuerdo
revivirte y amarte.
¡Que bueno!
Coincidir en el tiempo
y ser justa armonía
que solo vive en versos.
Es bueno;
tanto como el te quiero
que no llega a mis labios
aunque sabes; bien sabes que palpita en mi pecho.