Tus manos, atlas de mi alma viajera,
Surcadas por ríos de tiempo y pasión,
Han forjado un faro en mi noche más oscura,
Guiándome siempre con su luz.
La montaña que desafía los vientos, La raíz que me ancla a la tierra, Y disipas las sombras con tu calma.
Recuerdo nuestras tardes en la playa,
Construyendo castillos de arena,
Mientras tú me hablabas de la vida,
Y yo soñaba con ser como tú.
Éres mi compás, mi brújula, mi norte.
En cada paso que doy, te llevo conmigo.
Gracias por ser mi padre,mi amigo,
Mi confidente, mi héroe.
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