El poema empapado por la lluvia
Llueve y sobre mi jardín resbalan recuerdos
en los cristales la lluvia deja su monotonía
los ecos del ayer de nuestras tardes de versos
se van quedando sin voz, sin fantasías.
Trae olores tristes, sacudiendo la noche, el viento
y se desprenden las últimas gotas sin vida.
El sol cede el paso a su grito negro en silencio
el cielo despide a las gotas mortecinas
¿Entonces, por qué escribo?
porque el verso parece un torbellino
y brota en mi piel cada letra
aunque la lluvia me empape con su tristeza…
Poemas de Pepita Fernández
Córdoba- Argentina
03/12/24