AYER TE VI
Tu media sonrisa desinteresada,
cuchillo dentado que me rasga el alma.
Afloran pasados, reviven los miedos.
El brillo en tus ojos rezuma el fuego
que quema mis naves. Naufrago en silencio.
Me hundo hasta el fondo, donde los recuerdos
me traen sentimientos que quise olvidados.
De pronto me hablas, tu voz me acaricia.
Eriza el vello oír su cadencia.
Me aturde el sonido que, en otro tiempo,
reconfortaba mis tristes anhelos;
cuando lo único que me saciaba
era el momento de estar a tu lado.
Mueves las manos mimando el gesto,
como el aleteo de una mariposa alzando el vuelo.
Fragilidad bien estudiada:
suave la piel, sutil terciopelo,
en la empuñadura que acoge la daga,
bien afilada, capaz de sajar la más dura coraza.
Ayer te vi.
Y lo más triste de toda esta trama
es que no es cierto que yo te viera.
Pido disculpas a aquella dama
que despertó en mí la fiera tormenta.
Pura ilusión desenfrenada
que se desató por un parecido.
Fruto prohibido de mis delirios,
en ella vi todo y no había nada.
Sólo le pido que me comprenda,
pues mi torpeza tiene un motivo:
de aquellas nadas, estos vacíos.
LUJITAR (9-12-23)