En este segundo,
¿Cuántas promesas son olvido?
¿Cuántas respuestas son palabras sin alas?
En el pueblo.
hay un árbol calcinado por la lava,
en una noche de disfraces
lo visten de verde,
sus hojas son luciérnagas ficticias.
Ilumina los rincones de la fiesta.
El líder levanta su copa
embriagado de poder,
brinda por un paraíso imaginado
que el habitante en su simpleza
pretende obtener vagamente:
llenar la cesta de peces
sin tirar las redes…
El árbol parece vivir,
sus raíces, más piedra que savia,
susurran al suelo:
\"Quien cree en sus manos florece.
quien florece, sus manos son libres”
así, el peso de su muerte es un eco
en la tierra.
Bajo las estrellas, en la reflexión,
el pueblo encuentra su verdad,
comprende que no hay cadenas
que puedan atar una raíz.
En el cuerpo cada huella es una semilla,
cada neurona un sueño invisible
y una reflexión más allá de una ciudad
Cansada…
En las huellas de la tierra devorada,
Las raíces escriben:
“El hambre desnuda la realidad”.
Un faro ilumina la noche invernal