Hernán Mejía Silva

LA FRAGANCIA

Tal vez me robé alguna esencia,

el tiempo hace eso,

se roba, se impregna,

para después ser inexistencia.

 

Hay aves y seres que se acercan,

semejantes y complejos,

sonoros, inmóviles,

se diluyen en los vientos que otean.

 

También me apropio de ese momento,

presente/pasado a un futuro,

inexistente, inconcluso,

que se contenta con ser un firmamento.

 

Me traje algo de un instante,

una fragancia etérea,

dulce, amarga,

que cada ser presente se detiene a olfatear de manera incesante.