Miro, y al otro lado del espejo
hay un tipo al que supongo conocer;
en ocasiones, lo observo perplejo,
se muy bien que el a mí me puede ver.
A veces creo tenerlo controlado
y súbito, me sorprende su mirar,
desafiante me observa al otro lado,
pero, me cae bien, no lo voy a negar.
¡Ay! que no se rompa este cruel espejo,
que si el cristal se partiera en mil trozos
aparecerían más como él en el reflejo.
¡Me faltarían ojos para verlos a todos!
Sea como fuere, esta imagen virtual,
deberé aceptar de por vida a mi igual.
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