Sí estás, mi vida, se hace un remanso de Paz.
Cruzo cada segundo el umbral para divisarte.
Me reto a diario, y de irme, no he sido capaz.
Cada reto no me dice cómo, dejar de amarte.
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Es cierto, eso de retarme yo misma, engaña.
Retorno a la oscuridad de mi idealista sueño.
Lo pienso y no deseo a un Adán de tu calaña.
Intento y no cedes, aunque, yo me empeño.
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Te di espacio, tiempo y ausencia, y no te vas.
Ibas pensando en quebrar mis alas y fuerzas.
No funcionará, ya que, vencerme, no podrás.
No me vencerás, aunque tú poderío, ejerzas.
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El amor que yo profeso, no alienta la guerra.
Al diálogo de concordia, mi razón, se aferra.
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