Entre las sombras que la nostalgia dibuja,
tu risa es el eco que no deja de sonar.
Tantas luces brillan, pero ninguna ilumina
el vacío que dejaste al marchar.
Las calles se llenan de un murmullo extraño,
y los rostros ajenos parecen buscarte también.
Esas épocas eran nuestras, ¿recuerdas?
Ahora son solo un reflejo sin color.
Pienso en tu abrazo, cálido y eterno,
como un hogar que ya no puedo encontrar.
La vida avanza, pero mi corazón se queda,
esperando en un rincón donde siempre estás.