Escucha el rugido del viento,
surcando el cielo como arado,
genuino recorre lo marcado
en su adn funge el testamento.
Parece como ente violento
imponiéndose a la frágil rama;
es un roce tibio que le declama,
caricia necesaria sin tormento.
No es la vehemencia fingida,
como la neurona irracional,
es la obra auténtica y real.
Es el universo hecho poesía,
la conjunción de lluvia y viento,
es todo racional y sincronía.