Tan reservado,
tan alma solitaria.
¿Sabes lo que es el calor de la compañía?
¿Alguna vez te permitiste ser amado?
Te veo y solo deseo
que dejes caer sobre mí
las cenizas de los pensamientos
que te consumen por dentro.
Deja que me consuman a mí también,
confía en mí.
Yo los haré arder.
Soy la definición del calor,
tú, la definición del frío.
Pero de vez en cuando,
hasta el alma más fría
necesita un poco de calor.
Déjame darte ese calor,
déjame acariciarte el corazón.
Prometo no quedarme mucho tiempo;
es solo para que me pruebes
y me digas al final del día
sí más nunca en tu vida
volverías a desear mi compañía.
Capaz no seremos un libro,
pero nada nos impide
crear algo tan breve y fugaz
como lo es un cuento.
Aunque suelen decir
que los cuentos prevalecen,
de generación en generación,
de boca en boca,
jamás nos olvidarán.