El choque de los placeres y dolores del mundo
transmutó neuronas, originó un remolino de frenesí,
aun cuando ya habían puesto punto final,
liquidado el motor de la máquina recalcitrante,
el molino de los instintos, la redundancia industrial de los cuerpos.
Los vaivenes fueron réplicas de un tiempo arcano
Los estallidos se revelaron con aspavientos espectrales
Los símbolos fueron descifrados, libres de toda forma.
La convulsión se manifestó, envuelta de basura cósmica
Eyectó en el papel la materia de sus exclamaciones
Se convirtió en el signo del vacío sideral, indescifrable
Inscrito sobre la totalidad de los seres dolientes.
El universo se volvió, de pronto, un círculo vicioso
En el que el despierto soñó su sueño insomne
y no tuvo lugar nunca más una palabra ni una lengua.