En el jardín de tus ojos, florece el alba,
cada parpadeo es un canto, un susurro de calma.
Tus labios, como rosas, lo dulce prometen,
y en la fragancia de tu amor, mis penas se desvanecen.
Bajo la luna plateada, mis sueños naufragan,
tus sonrisas son estrellas, que en mi pecho se afagan.
Oh, musa de mis noches, luz de mi destino,
en tu abrazo encuentro paz, en tu risa, divino.
El viento lleva tu nombre, cual melodía sagrada,
y el sol, celoso, se oculta, cuando tu luz es llamada.
Transformado por tu esencia, en el amor renazco,
mis días son un poema, y en tus brazos, un lazo.
Canto a la vida, al amor que me envuelve,
como el río que fluye, sin miedo se resuelve.
He hallado mi fortuna en el brillo de tu mirada,
y vuelvo a sentir la vida, en esta danza sagrada.