Pretendes retornar a los días muertos,
para anidarte en la perpetuidad de mi mente,
afanas la oportunidad de corregir los errores,
ahora que este lapso sin mí te resulta sin piedad,
hoy, en lontananza, te basta recordar mis pulsaciones,
y tus labios mueren por sellar mis expresiones,
quisieras ser esa joya que até en mi gollete,
ser el murmullo que acaricie a mis pensamientos…
y yo, sueño el arrumaco de tu boca, sugestión con deleite,
propiciándole fruición a mis embelesos,
mas hoy que nuestro idilio se ha trocado en incertidumbre
tras la marcación del reloj entre la maraña,
entre el tumulto se ha soltado tu mano de mi mano,
y hoy mi alma de niño se halla sin tu compañía,
prescindiendo de tu terneza y tu luz en mi melancolía.