El fuego arde y me gusta quemarme.
Me agrada sentir tu piel rozando la dulce miel de mi paladar.
Que gracioso que me hagas desear
Si el fuego arde, mis besos aún más.
La espera nos impacienta a ambos…
No dejes de tocarme, porque cuando lo haces, nuestros cuerpos son dos estrellas girando por el universo sin parar.
No dejes de mirarme, en tus ojos puedo sentir el placer que me das.
Que caótico es nuestro amor, que termina haciéndome gozar, mirando tus labios sobre mis pechos acabar.