(A María Rosa, con cariño)
Lo juro. Madre mía, que estás en el cielo.
Ya no escribiré poemas tristes
Aunque me inunde mi propio llanto.
Ya basta. Ya he llorado amores y desamores
Me tragué y atraganté con promesas y besos
Me enceguecí con ilusiones y desilusiones.
Cuanto más se acorta mi vida, tengo más luz en mi alma.
Ya no voy a sufrir. Se lo prometo con este corazón
Que hoy se siente gaviota que ha encontrado su mar.
Desde hoy escribiré versos alegres.
Deshojaré margaritas en los campos libres.
Me mojará la llovizna de esperanzas nuevas.
Imitaré el canto de la alondra que canta al amanecer.
Perseguiré sonrisas y cálidas mejillas.
Me vestiré de fiesta y mostraré mi amor como bandera.
Y encontraré. ¡¡Por Dios!! Que encontraré
Una flor que me ofrezca su aroma y su color
Aunque sea al final de mi camino.