Los dioses habian condenado a Sisifo,a hacer rodar una roca hasta la cima de la montaña, desde donde la piedra volvería a caer, por su propio peso. Habían pensado con algún fundamento, que no hay castigo más terrible que el trabajo inutil. Veo a ese hombre bajar con paso lento, hacia el tormento cuyo fin no conocerá. Esta hora que es como una respiración, y que vuelve seguramente como tu desdicha, es la hora de la conciencia. En cada uno de los instantes que abandona las cimas, y se hunde poco a poco en las guaridas de los dioses, es superior a su destino.Es más fuete que una roca.Si éste mito es trágico, lo es porque su protagonista tiene conciencia. Los seres humanos, no solemos vivir en un infierno, donde nos obliguen a una tarea tan sumamente pesada, pero más de uno se empeña en seguir empujando la citada roca.