Simple cristal
Como una maldición al inmenso porvenir
el amor me despoja de su enorme placer,
y en las noches de ahogo, comprendiendo el ayer,
un susurro me indica que nada ha de venir.
Regreso a mis errores y tengo que concluir
que bajo el lujurioso carácter de mi ser,
se estremece un profundo revuelo de querer,
de amar... ¡de escribir versos que expresen mi sentir!
Pero soy presidiario fortuito de mi mal:
me sofoco en el turbio lago del erotismo
y transmuto un rubí preciado en simple cristal.
Y un sinfín de lamentos reprochan mi cinismo...
y el sinfín del cinismo es mi destino final...
y un triste empedernido me salva del abismo...
-Álape
11/24