Raynier Garrido

OLOR A MADRUGADA (2022) (Verso libre)

Olor a madrugada

Algunos perfumes nacen siendo mitos,  
que ninguno esfume el deseo a olfatear sus metas,  
mientras eso mantenga su nariz y su ombligo  
lejos del hedor de un inapetente olvido cualquiera.  

Yo no olvido tu fragancia, madre mía,  
clásico, con el que asumías y reafirmabas tu eternidad.  

En cada vez que me abrazaste, yo me estaba memorizando tu esencia,  
olor que desprendían tus prendas.  
La vida te arrancó de mí, yo me desprendí de ti, yo porto tu esencia.  

Misteriosos acordes de miel y almizcle.  
Siempre quisiste ese Poison de Dior  
y te lo prometía ese amanecer, pero cada vez más triste.  

Tu vida fue el recipiente de un elixir superior,  
elixir que ahora habita en mí  
y es la utopía de todos esos perfumes caros pero sin chiste.  

Ven, cuéntame otro chiste, otro cuento,  
juguemos a las adivinanzas y a prometernos cosas  
como si no me fuera a morir mañana.  

Si la calle promete promethazine, tú también promete, ¿sí?  
Por favor, no falles.  

Aunque no lo vayas a cumplir,  
prométeme, mamá, por ejemplo, que papá volverá a casa el año que viene  
o que al despertar te veré de nuevo  
y percibiré tu aroma, especial desde su creación.  

Aunque en las palabras me ronronee el engaño,  
a mí, que he sido una nariz pegada a un hombre,  
en las promesas nunca oleré gato encerrado,  
porque los malos instintos también ansían la libertad.  

Y yo quiero ser libre en esta antigua noche  
para abrazar horizontes y cumplir mis sueños,  
antes que un nuevo pretencioso día  
me bese el tiempo con labios horizontales  
y haga que vivir apeste a una deuda nueva.  

La deuda y la esclavitud son lo mismo,  
el deudor y el esclavo apestan igual,  
y yo anhelo el destino a donde te llevó  
tu olorosa libertad de lima y limón, irrepetible.  

Porque me enseñaste que no hay peor fetidez  
que deberle quimeras a un olfato de imposibles.  

La hedionda luna muere anciana,  
endeudada con la calle por Xanax,  

y el insomnio me amenaza,  
pero no va a robar mis sueños,  

porque si despierto con la promesa  
de la excepcional alquimia de tu fragancia,  
yo no me voy a morir mañana.  

-Raynier Garrido