\"El Eco de los Pasos Descalzos\"
Una mañana fría,
su andar, cálido como un susurro,
despierta la hierba dormida.
Sus pies descalzos, tímidos,
intentan no quebrar
la fragilidad del verde bajo sus pasos.
Pero el crujir es inevitable:
un lamento sutil que se expande
con cada huella que deja su empeño.
El aroma húmedo de la tierra
se eleva como un recuerdo,
un testigo tenue del instante,
pero no basta para silenciar
el perfume denso y persistente
de un encuentro reciente.
La falda, alzada por necesidad,
esquiva los arbustos
y descubre el pálido misterio
de unas piernas desnudas.
En su piel, el rastro de un gozo secreto:
un río delgado que aún murmura,
susurrando en su recorrido
la verdad de lo efímero.