Mi tesoro más preciado
Ella es un ser especial, su alma esconde su verdadera identidad, jamás había conocido a nadie con esa magia, sus ojos me intimidan, y a la vez me atraen, como la oscuridad que tanto he ansiado.
Siempre quise volar y alcanzar el cielo, pero cuando la escucho, el cielo viene a mí, me siento preso de su belleza, la cual se podría comparar, con el eclipse que da paso al pecado.
Todo cuanto la rodea, me invita
a ir tras ella, como dos polos opuestos que se atraen, es exactamente el fruto prohibido, una mujer llena de sueños,
con la que siempre he soñado.
Sus labios lujuriosos me incitan a probar su saliva, pero temo no poder parar, y acabar adicto a su mística belleza, la cual me vuelve loco, como le pasa, a un pobre enamorado.
Me siento perdido en cada uno
de sus versos, y cuando me encuentro, me vuelvo a perder, entre sus estrofas, como se pierde en las sombras un fantasma abandonado.
¡Pobre de mí, si llegara a tenerla en mis brazos, porque no querría soltarla, y jamás la dejaría escapar! Sería mi musa eterna,
mi ángel caído, y mi tesoro más preciado.