El Jardín de los Ilusos
En un jardín de promesas y flores,
brotan discursos de vivos colores.
Hablan de cambios, justicia y verdad,
pero en sus raíces crece la maldad.
Las rosas susurran promesas vacías,
de manos que riegan mentiras frías.
Cada pétalo guarda un brillo fingido,
y el aroma es solo un sueño perdido.
Los jardineros, con guantes dorados,
cuidan los frutos podridos y helados.
Cantan al viento su noble intención,
mientras roban la savia de cada rincón.
El pueblo, encantado, se sienta a mirar,
el falso paraíso que quieren pintar.
Pero las flores, al fin, se marchitan,
dejando espinas que al alma irritan.
Así crece el jardín de los ilusos,
donde los sueños se tornan difusos.
Y el sol, que promete un cálido abrigo,
es solo un farol que engaña al amigo.