Carlos Eduardo

SER

-¡Tan en hora mala supistes vos rebuznar, Sancho! Y ¿dónde hallastes vos ser bueno el nombrar la soga en casa del ahorcado? A música de rebuznos, ¿qué contrapunto se había de llevar sino de varapalos? Y dad gracias a Dios, Sancho, que ya que os santiguaron con un palo, no os hicieron el per signum crucis con un alfanje. QUIJOTE

 

 

Anda despacio a pié firme,

mira, no tropieces sin más,

las caídas hieren,

cuídate de no humillar,

quiérelos tal como son,

no pretendas cambiarlos,

si juegas limpio,

podrás caminar;

fueron algunas de sus palabras

al partir,

nada había ambicionado tanto como la honestidad,

la rectitud en el proceder,

al final lo mató la soledad.

 

La imposibilidad del ser.