Cerró la puerta,
por donde entraba;
cerró cortinas,
dentro del alma;
pensaba herirlo,
con puñaladas;
mas nunca supo,
que le importara.
Le puso llave,
a cada entrada;
cerrando todo,
cada mañana;
con la consigna,
que nunca entrara;
mas nunca supo,
que no la amaba.
Dolor de niña,
lleva en su espalda;
pasan los años
no aprende nada,
de los amores
que luego pasan,
porque no supo
que el celo espanta.