Te pedí, que tengas cordialidad, en tu trato.
Pareces un iracundo padre, frente a su hija.
Tu trato es, el de una vieja ira, nada prolija.
No sé, es posible que, afrontaras maltratos.
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Quien se respete, no puede pasarlo por alto.
Evoco, cada hora, el trato jovial de mi Padre.
La conducta elegante y humana, yo la exalto.
Creo, qué hacía su tarea y modelaba el trato.
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Hoy, no soporto, golpes, gritos y malos tratos.
El trato de la familia, debe ser siempre cordial.
En verdad, cuando te casas, llevas tu contrato.
Todo lo legal, se pacta, en el Contrato Nupcial.
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¡Es ilegal, todo eso que, violente lo pactado.
La ley es ciega, en la falta de lo contratado!