Siento aún el dolor de aquellos versos escritos
cuyo dolor encienden las cenizas de mi alma,
en este mercenario tiempo que continúa a su ritmo
¡Como si mi existencia no valiera absolutamente nada!
Gracias al latir de mi corazón, me siento aún vivo
en esta tragedia que va de la noche hasta el alba.
Mi sombra desnuda de pecados también es testigo
¡De esta melancolía maldita que a su lodo me arrastra!
Creo despertarme en el mismo sueño que se ha dormido
con la premura misma con la que nace una palabra.
Penas sinceras que me sujetan dentro de mi abismo
¡En un pasado que en silencio simplemente me mata!
Desde aquí maldigo aquel momento de haber nacido
de morir estando vivo con el peso de una cruel desgracia.
Sé de mi pertenencia a lo que mañana será olvido
¡A esta culpa que emerge y dentro de mí se agiganta!
Duele saber que en esta soledad donde solo respiro
donde mi vida me muestra sin un espejo su cara,
siento que lo que me rodea está cada vez más frío
¡Y cómo la muerte me acaricia y yo siento que me agrada!