Los años pasan, los cabellos emblanquecen, la vista se debilita y uno camina y se agita. Pero la pasión es la misma, el interés por el mundo, las cosas y la vida.
El amor hace afecto y el afecto es fuente de dicha. Y por cada año que llega, la rosa es más bella, perfumada, radiante y con más vida.
Los años pasan y la vía no es siempre la misma. La recorremos lentamente, pensado lentamente, pensando paso a paso, sentimos, descansando en cada esquina.
Los años pasan y lo dejamos todo atrás, es solo vida ya vivida. Lo que queda es el amor, como beso grabado en la mejilla.