Muros desmantelando pues de escarpas,
a duro toro, aun contra el viento armado,
el ruedo escalar pretendiendo en vano,
el error borrar deseando su atajo;
a pesar pues del tormento que lo ahoga,
en ríos de agua y sangre desatada,
en el silencio que turba su gemido,
el toro la justicia ciega afronta.
Del fuego de su sol, en que se abrasa,
las señas duras de la espada hielan
su corazón ya de nieve y escarcha;
¡ay¡, al igual que el toro el ser humano
en el ruedo, el relámpago y el trueno
sordo y ciego, el sufrimiento y las parcas.