Observaciones psicológicas.
La de hoy es, una radiante, y bella mañana,
no ha habido otra igual, ni acaso parecida,
a lo largo de la última y reciente semana.
Cosa esta que con sutil y mucha agudeza…
me invita el día… a ir a pasear por el parque,
salir y observar lo hermoso de la naturaleza.
Después de un largo paseo bajo la arboleda
me siento a descansar un poco en un banco,
tranquilo y a salvo de cualquier polvareda.
Desde mi tranquilo y privilegiado observatorio
me fijo en el resto de la gente que pasean,
o que están sentados sin ningún gesto notorio.
En el banco de mi derecha están sentados
una pareja, chico y chica, de unos veintipocos años.
Ambos miran fijos su móvil, el que cada uno
lleva en la mano, ignorándose como si fueran extraños.
Los observo largo rato, esperando que alguno
de los dos apague el móvil y tome, con disimulo…
aunque sea, suavemente la mano de su acompañante,
pero no, ni tan siquiera con algún detalle trémulo.
Dicen los que entienden, que lo del móvil…
es el mal de hoy en día, tendrán o no tendrán
razón, pero la verdad es que, sin él, ya la vida,
tendría un cierto sentido anterior e inmóvil.