Son mis manos yedras
que suben al cielo
y acíbar mi boca
con llantos y miedos.
Muselinas negras
agitan mi pecho
como golondrinas
que emprenden su vuelo.
La impasible noche
me viste de hielo
y a mis días sin rumbo
pone lazos negros.
Se llenan mis ojos
de pájaros muertos
que a todas las horas
gritan mis silencios.
Sshiiiiiiiiiis silencio,
silencio… silencio.