Entre las horas de la noche fria
y el calor que despierta en la mañana
se halla cierta franja muy liviana
como hay entre el sueño y la vigilia.
Hora calmada en que los gatos duermen,
cuando el gallo se despereza y canta;
hora tranquila en que el sol se levanta
y las suaves brisas los campos mecen.
Con la primera luz en la ventana,
hay que poner en marcha los motores
y empezar esta lucha cotidiana.
Es tiempo de parir ideas mejores,
agradeciendo esta nueva mañana
con el rocío aún mojando las flores.
__________________________