Tenía mucho que no escribía,
de versos, de alegría,
las cosas de la vida,
el como son mis dias.
Sin más preambulo, te platico
la situación que suscitó,
con un detalle exquisito
y un deseo de regresar infinito, tan así que:
Las nubes se abrazaban con inmensa armonía,
la luna me cantaba la más dulce melodía,
mis pies en la arena cada vez más se sumergían,
y las olas me susurraban las palabras que te diría.
No quisiera precipitarme,
pero tampoco quedarme con esto en el pecho.
Qué bonita noche, he dicho, es un hecho.
Lo hecho está hecho, no hubo juez, no tuve derecho,
pero, tus manos en mi pecho me hacian sentir satisfecho,
yo, que para besarte solo necesitaba mis lentes y un poco de suerte,
he dejado que pintes el paisaje del color más fuerte
No me arrepiento de conocerte, ni dejar que pase lo que crea prudente,
ten por seguro eso en mente
si de cuestionarte tenías pendiente...