Dios sepa que ningún miedo tengo yo
Más que morir y no ver el cielo,
A mis ancestros, mis pecados absueltos,
Y la grandeza de los ángeles entonando
Himnos y cantares.
Ojalá en la orilla de un río perezca
Y mi cuerpo de nutrimento sirva,
A las plantas crezca, de mezcla
De tierra santa me convierta
Y los pájaros reposen nidos en mí.
Que se escuchen salmos y modernos juglares
Harmonizar cantos sobre la vida de profetas
Y alegrarse al ver el árbol en el que me convertí, crecí,
Y en el que miles de pájaros
También trinan himnos de alegría.