Patricia Aznar Laffont

Cuatro años sin Diego

Tronó el silencio en mi Patria desgastada.

Tronaron las horas quietas

Y la pregunta temblorosa, inquieta

esquiva, tan triste, tan molesta,

que gambeteaba árida la fatal respuesta.

Tronó ese instante y el llanto incrédulo

que bajó del ala de una realidad nunca imaginada

hecha barro, hecha goles, hecha potrero y sin mancha.

Se paralizó mi Patria y fue el sudor frío y el sin hambre.

Fue el silencio atronador en  la gente, en las calles.

Fue el insomnio, la incredulidad que quemaba.

Fue la sin alegría, la sin sonrisa.

Fue la sal acribillada en miles de lágrimas.

Fue la angustia que no pudo ser silenciada.

Fue mi Bandera que de triste se vistió de negro luto.

Arañando los Cielos, Diego, te miramos gambeteando desde abajo.

Diego pecador.

Diego droga.

Diego imbancable.

Diego insoportable.

Diego soberbia.

Diego humilde.

Diego peleador.

Diego auténtico, sin miedos  y sin vueltas.

Diego más argentino que cualquier argentino.

Diego  pequeño vengador con esa tu mano,

de mi Patria y mis Malvinas.

Diego vengador de la soberanía masacrada en guerra de tiranos.

Diego -Dios Sucio.

Diego jugando por nuestra Argentina con el tobillo enyesado. 

Diego vengador de los sobrevivientes y muertos en Malvinas. 

Diego- Memoria.

Diego, prendida tu silueta por siempre

en el podio de los más amados y los más odiados.

Diego, colgada tu figura en el podio de los nuestros.

Diego -humano.

Diego- llanto.

Diego -risas.

Diego, recuerdo imborrable que aún late.

Diego corazón, tan inmortal como los humanos.

Diego y sólo Diego Armando Maradona.

Diego D10S.

 

                         Para siempre estás y estarás, Diego eterno.

 

In Memoriam.

(Patricia)