Danielagolian

Ráfaga de viento

 

Ya no basta con abrir una ventana 

para que ventile nuevos aires. 

Esta temporada me está asfixiando. 

¿Qué puedo hacer? 

No sé qué hacer. 

 

Quiero amar esta temporada, 

pero ¿cómo puedo hacerlo si es tan asfixiante? 

¿Será que debo abrir la puerta? 

¿Esa es la respuesta? 

¿Esa es la manera de dejar ir? 

 

Si sigo sosteniendo esa ventana, 

¿cómo me acostumbro a lastimarme con su aire? 

La he sostenido por tanto tiempo, 

tan segura que ese era el aire 

que necesitaba para continuar. 

 

¿Cómo suelto esa ventana? 

¿Cómo la cierro? 

No sé cómo soltarte. 

Lo intento, 

está difícil. 

 

Por un segundo veo mis ojos a través del cristal; 

esa no soy yo. 

No soy la de antes, 

ese viento no es el de antes. 

Soy la de ahora en adelante, 

somos lo de ahora en adelante. 

 

No fuimos nada, pero me encantaba observarte. 

No fuimos nada, pero era tan ameno el comienzo. 

No fuimos nada, pero buscaba tu mirada en cada reflejo. 

No fuimos nada, pero lloraba cada vez que no aparecías. 

 

No fuimos nada, pero siempre esperé que cruzaras esa puerta, 

pero siempre entrabas por la ventana. 

Nunca escogiste la entrada principal. 

 

No fuimos nada, pero el dolor de cerrarte fue insoportable. 

No fuimos nada, pero ese aire era tan placentero; 

hacías latir como loco mi corazón. 

 

No fuimos nada, pero aprendí a extrañar tus silencios; 

aprendí a reconocer tu voz en mis pensamientos. 

Te sentía en todos lados. 

 

No fuimos nada, pero sigo pensando en qué hubiera pasado si hubieras cruzado esa puerta. 

Al final de la noche entendí que no solo por la ventana entra el viento; 

por las puertas entra más que una simple ráfaga de viento.