El Palacio de las Sombras
En el gran palacio de mármol bruñido,
los reyes del humo caminan altivos.
Hablan de gloria, de leyes y sueños,
mientras el suelo se hunde pequeño.
Sus palabras son oro, sus actos ceniza,
y el pueblo, que observa, jamás los precisa.
Prometen futuros, ríos de abundancia,
pero siembran sólo la flor de la ausencia.
Las luces titilan, la sala es un juego,
donde el poder gira cual rueda de ego.
Las máscaras ríen, los ecos se pierden,
y abajo, en las sombras, los débiles muerden.
Allí están los rostros que nadie menciona,
las manos que labran, que el hambre aprisiona.
Ellos sostienen el reino de engaños,
mientras arriba se cuentan los años.
Pero un día, las sombras alzan la voz,
y el mármol se quiebra bajo su feroz.
El palacio se hunde, sus muros colapsan,
y en medio del polvo, la verdad abraza.
Que caigan los tronos, las farsas de siempre,
que el pueblo despierte, que ya se reinvente.
Pues el poder es un ciclo de sombras y luces,
que vive,del miedo si nadie lo induce.