Con el olor de tu cuerpo impregnado en mi cerebro,
me pregunto cuando cambiaré mi.atención de sitio y si no te habré regalado ya h de más.
Espero.momentos que si yo no cultivo, no dan posibilidad de sembrar caricias, ni deseos o anhelos.
Y quien siembra, lo ejerce en todas partes donde va porque es un don que lleva dentro y no de la.tierra en la que está, muchas veces, estéril
Me desdibujo en mundos,
ahora terrenales,
por aquello de la.soledad,
a veces sublimes.
Por la misma causa.
Da igual si no me.entiendes....
Es un imposible al que pocas veces aspiro, con los tiempos que corren.
Ya no grito.
Mi.voz acallada en mi mente, explica necesidades a un muro de piedra, tal vez inerte, un tanto estático.
Mi voz.
Que llora por dentro y rie a carcajadas a la.espera de un viento que me.empuje \"yo qué se dónde\"...