Jean Amador

Cleopatra

Cleopatra,

nave que cruza el deseo como el Nilo,

cargada de ausencias que saben a gloria.

Tus piernas, abiertas como un reino roto,

no sostienen hombres,

los entierran.

 

Eres la grieta en la que todos caen,

no por gravedad,

sino por tentación.

Tu lengua es un pergamino antiguo,

lleno de promesas que solo las momias del amor saben pronunciar.

 

No haces el amor,

lo diseccionas,

lo repartes entre cuerpos

que olvidan su propio nombre

al rozar el tuyo.

 

No hay faraones en tu piel,

solo polvo de tronos

y llagas que parecen joyas.

¿Es poder lo que siembras

o miedo a morir sin ser tocada?

 

Cleopatra,

sigues danzando en la sangre de otros,

pero al final,

el único cuerpo que pesa es el tuyo.