Aprende a dejar que las cosas pasen
A veces es necesario dejar que caiga la noche
y oscurezca para disfrutar el brillo incesante de las estrellas.
Sumerge tus pies y deja tu huella estampada en los cristales de arena,
pues para cuando haya días malos, estará el arrullo de los ríos
y el canto de las olas, invitándote a vivir.
Cuenta los colores y delinea las nubes,
pues algún día dejarás volar tus sueños sobre ellas.
Deja hipnotizarte por el brillo escarchado en los espejos del mar.
Chico de alma ligera y mirada curiosa,
duros serán tus días y pesados caerán tus parpados,
Y cuando agitado se ponga el horizonte
una cama menguante te abrigara.
Sin importar la tempestad de la tormenta,
el sol despertará por la mañana.
He partido en un viaje indefinido y he dejado las luces apagadas,
pero te observo en cada gesto y en cada sentido.
Pequeño de corazón ardiente y alma cantora,
no temas caminar descalzo ni nubles tu mente con sombras del pasado,
Recuerda que es mejor morir viviendo, que vivir estando muerto.